Había una vez y no había una vez, una bombilla que estaba muy cansada y vieja. Vivía en lo alto del techo del cuarto de dos niños: Teo y Sofí. Todos los días, la encendían, apagaban y volvían a encender. Estaba prendida incluso cuando el sol entraba por la ventana y, cuando nadie estaba en casa, porque a la familia se les olvidaba apagar la luz; sobre todo cuando salían corriendo a la escuela y el trabajo.

        La bombilla se fue poniendo cada vez más débil. Cuando estaba a punto de morir, vio a una estrella fugaz que, con su alucinante cola de luces, pasaba por la noche. Pidió que le concediera el deseo que desde hace varios años tenía: ser una bombilla smart.  Se convirtió en una lámpara vintage smart, y además la estrella le regalo la APP B-smarter, para que la pudieran cuidar y cuando la familia, saliera corriendo por la mañana, con tan sólo un clic pudieran apagarla desde el auto o el trabajo.

       La bombilla está contentísima, no sólo sigue viva, sino que su sueño se ha hecho realidad. Se ve deslumbrante con su nuevo look vintage. Además, le divierte mucho que el pequeño Teo, llegue a la casa de la escuela y lo primero que haga sea gritar: “Alexa, enciende las luces” y por arte de magia, ella se enciende.  También cuando la pequeña Sofí, le pide a su mamá que no apague la luz porque le da miedo; entonces, a la bombilla le fascina que puede descansar un poco y quedar muy tenue. Así, Teo y Sofí se pueden ir a dormir tranquilos y soñar con países donde las montañas son de helado y la tierra es de chocolate.  

Y colorín colorado, este cuento se ha apagado…